Entrevista en el Diario El Atlántico (18/01/13)

La Rosa de Cobre. Destacada obra del Teatro independiente local
Arlt es una especie de escritor maldito” 
Así lo indicó Federico Polleri, autor de la obra que desde hace tres veranos conquista al público a través de grandes actuaciones . El rol del artista en la sociedad es el eje central de esta propuesta teatral marplatense.


La historia de un escritor que podría llegar a modificar la realidad se hace posible sobre el escenario cada sábado, desde las 22 horas, en el espacio teatral Cuatro Elementos, ubicado en Alberti 2746. Allí, “La Rosa de Cobre (El secuestro de Roberto Arlt)” ya comenzó con dos funciones a sala llena su tercera temporada en Mar del Plata. La puesta en escena trata de un grupo de marginales que habría secuestrado a Arlt en el año 1.928, con el propósito de que colabor en un plan para cambiar el mundo. Esta historia ­ficticia­ habría ocurrido un año antes de que el escritor argentino publique su novela “Los siete locos”.
La representación está a cargo de Belén Manetta, Carla Rossi, Alejandro Arcuri, José Luis Britos, Federico Polleri, Esteban Padín, Pablo Guzzo y Gonzalo Funes. La dirección es de Manuel Santos Iñurrieta, mientras que el texto pertenece a Federico Polleri, quien dialogó al respecto de la obra con El Atlántico.

­ ¿Cuál es la relación entre la obra de teatro y la novela?
Lo que se propone en la dramaturgia es que en el cautiverio, Arlt comienza a componer “Los siete locos”. Por lo tanto, muchos de los secuestradores son quienes dan forma a los personajes que aparecerían luego en la obra literaria. Este modo un tanto absurdo de cambiar la realidad es tomado de una idea de Arlt en “Los siete…”, donde hay un plan para hacerlo. Además, se da cierta metáfora del proceso creativo. Se sabe que un escritor cuando desarrolla o compone sus personajes, de algún modo aquellos lo atrapan, no lo dejan ir. Están todo el tiempo ahí pidiéndole que los siga escribiendo.

­ ¿De qué forma le reclaman a R. A. que cambie el mundo?
Le piden que escriba un mito, una imagen movilizadora que active al pueblo. Se habla de una idea capaz de mover a la multitud. No hay una visión clara dentro del grupo de secuestradores acerca de cómo el mundo mejoraría. Ni siquiera la obra propone plantearlo. Sí se expone que es necesario hacerlo.

­ ¿Qué fue lo que los atrajo de la figura de R. A.?
Es una especie de escritor maldito. Primero, porque fue muy criticado en su momento, por más que recibió algunos premios. Se decía que escribía mal. Por otro lado, es un personaje muy controversial. No es un tipo definible ideológica y políticamente. Además, era una persona muy atormentada por su trabajo, y muy talentosa. Él decía “soy el mejor escritor de mi generación, y el más desgraciado”. Tenía mucha confianza en él, pero se sentía abrumado porque necesitaba poder escribir más, y no tenía tiempo. Por otra parte, importaba meterlo en la obra porque fue un autor que trabajó en la composición de sus personajes siempre en referencia a personas reales. Por eso en la obra sus secuestradores lo inspiran para que escriba “Los siete locos”.

­ ¿Creés que el arte sirve para lograr un cambio radical?
Nosotros lo decimos en el programa de la obra: el arte en sí no puede cambiar al mundo, lo que puede ayudar es a mantenerlo despierto. Lo que puede hacer el arte es interpelar a la sociedad. Lo que no creo es que el arte en sí lo vaya a cambiar. A la sociedad, la modifica el pueblo. El arte muchas veces señala las cosas que están naturalizadas y las devela como algo que se tiene que poder cambiar.

Por Clara Cano

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